jueves, 18 de septiembre de 2008

NUEVO GRAN MAESTRO DEL GODF: SUS PRIORIDADES.

El nuevo Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, Pierre Lambicchi, elegido este año en Lyon, comienza su mandato bajo el signo de dos grandes batallas: el denominado archivo Hedwig - una nueva medida del gobierno francés que permite fichar a los ciudadanos, incluso menores, aunque no hayan cometido delitos - y el “fin de vida”, un tema principal en el corazón de este cardiólogo marsellés, viudo desde hace 25 años. “Vamos a estar allí siempre que la persona humana sea atacada, y vamos a trabajar específicamente contra el archivo Hedwig y por el respeto de la persona humana en el final de la vida”, dijo el Gran Maestro Lambicchi, hijo y nieto de masón, iniciado él mismo en 1976. El Hermano Lambicchi, con 59 años de edad, dijo a la prensa que el “reconocimiento ético en el final de la vida” es un caballo de batalla “personal” sobre el que tiene la intención de encargar hacer un estudio por uno de los grandes oficiales. El Gran Oriente de Francia, la obediencia masónica francesa más importante, con cerca de 50.000 miembros en aproximadamente 1.200 logias, no tiene una posición oficial sobre la cuestión de la eutanasia. Pero Lambicchi dice, “debemos respetar la libertad y la dignidad de la persona en el final de su vida.” “Tenemos que luchar para que la persona que se acerca a la muerte no sea considera como una mercancía”, dijo, argumentando que el legislador “se basará en los debates” llevados a cabo dentro de la Francmasonería sobre el tema. Sobre el archivo Hedwig, el nuevo Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, socialista, tiene una posición mucho más clara: “La generalización (de las fichas policiales) es escandalosa”, dice Lambicchi quien compara Edvige con “la flor de Lys en un hierro al rojo vivo con la que se marcaba el cuerpo de las mujeres de mala vida”, o con “cortar la mano del ladrón.”El archivo Edvige autoriza a la policía a identificar tan pronto como desde los 13 años, con muchos datos personales, a las personas que se considere “que puedan socavar el orden público” y a quienes ejercen un mandato político, sindical o económico o juegan un papel institucional, económico , social o religioso “.“Es como un registro de antecedentes penales para toda la vida”", dijo Lambicchi, condenando enérgicamente que se pueda transmitir información a las agencias fuera del estado (aseguradoras. ..). Otra cuestión que deberá ser tratada por el nuevo Gran Maestro es el permiso o no para iniciar mujeres en el Gran Oriente. La decisión, que figuraba en el orden del día del Convento (asamblea anual) que se desarrolla hasta hoy domingo en Lyon, se aplazó por un año, las opiniones son divergentes en el seno de las logias.Otras obediencias, mixtas o femeninas, ya lo hacen, y GODF reconoce a las mujeres iniciadas por ellas. Pero la solución adoptada por el Gran Oriente prohíbe a sus propias logias iniciar a las mujeres, y cinco logias que las han iniciado han sido suspendidas temporalmente, pero han apelado, considerando que las iniciaciones femeninas cumplen con todos los requisitos internos de la Obediencia y siguen funcionando. Sus delegados fueron oídos durante el debate sobre la mixticidad el jueves por la tarde. El Gran Maestro Lambicchi, que tiene dos hijas, una de los cuales se ha “sumado al movimiento masónico” no ha expresado su posición personal sobre el tema.“El asunto ha sido reenviado a las logias, que lo estudiarán durante un año, y deben decidirse por votación en septiembre próximo”, en el próximo convento previsto en Lyon, explicó.

viernes, 8 de agosto de 2008

COMUNICADO DEL GODF

El Gran Oriente de Francia, en respuesta a las declaraciones de un obispo católico francés invitando a “aprovechar la venida del papa a Francia a principios de septiembre para suavizar nuestra Laicidad y la ley de 1905, denominada de separación de las Iglesias y del Estado", se manifiesta preocupado por esta iniciativa y advierte contra toda tentativa de modificar la ley existente o de aportar los medios técnicos para lograr desnaturalizarla. Recuerda su adhesión indefectible, con el conjunto de las fuerzas laicas, a este valor fundador de la República que es la Laicidad. Por otra parte, se conmociona ante la supresión de la protección policiaca de la que gozaba el periodista argelino Mohamed SIFAOUI, ferviente defensor de la Laicidad en la comunidad islámica. Demanda el restablecimiento de esta protección republicana.
(París, 23 de julio de 2008)

domingo, 13 de julio de 2008

PASO AL ORIENTE ETERNO DEL M.·.I.·.H.·.URIEL VALLS

Uriel Valls Girol, ex Gran Maestre en España de la Orden Masónica de Menphis Misraïm y 33º del REAA, ha pasado al Oriente Eterno después de una larga convalecencia cardíaca. El Gran Maestre en España del Rito Egipcio, M.·.I.·.H.·. José Antonio de la C. nos acaba de dar la triste noticia.
Desde esta página acompañamos fraternalmente en el dolor a su viuda, a los hijos (la menor apenas un bebé) y a su familia. Uriel fue un pionero del rito egipcio y un masón de firme compromisos sociales.
"Gimamos, gimamos, gimanos...pero esperemos".

viernes, 6 de junio de 2008

POLÍTICA CLERICAL

Los obispos tienen todo el derecho del mundo a opinar en una sociedad democrática, como cualquier otro ciudadano. Otra cosa es que su opinión resulte más o menos convincente. Desde el punto de vista eclesial, los obispos tienen entre sus funciones orientar la conducta de los católicos en la esfera pública porque el cristianismo es una religión que tiene una palabra sobre todas las dimensiones del ser humano y no sólo sobre las estrictamente privadas. Ahora bien, la participación directa de los responsables eclesiales en la escena política, plantea, a mi juicio, riesgos específicos como los siguientes (no digo que incurran en ellos, sólo los señalo): (1º) Partidismo. La Iglesia no puede alinearse con una sola ideología o partido político. Existe la tentación de entablar una coalición de intereses con el partido menos malo desde la propia óptica. (2º) Clericalismo. La participación directa en los asuntos políticos corresponde, fundamentalmente, a los laicos y desde una posición pluralista, además. (3º) Fundamentalismo. Un estilo que clame por la imposición del modelo de vida católico a toda la sociedad o que proponga el futuro desde la añoranza de los patrones culturales de nuestros abuelos, no es evangélico ni inteligente. Me parece que el potencial emancipador del cristianismo debe presentarse, sobre todo, en positivo, como una puerta abierta a la esperanza (otra manera de vivir es posible) y no en negativo como una losa moral, pesada e incomprensible, administrada por personas que ofrecen la sensación de estar en permanente estado de cabreo (4º) Política con disfraz. Algunos líderes católicos pueden sentir la tentación de hacer derivar del Evangelio o del Magisterio su propia postura político/partidista (que por supuesto que se tiene, todos la tenemos). (5º) Jugar con fuego. Algunos documentos eclesiales valoran de modo muy relativo el sistema democrático (una 'simple cuestión de mayorías'), con desafección y lejanía, cuando no con afirmaciones bastante simplistas. Naturalmente, las mayorías pueden equivocarse, pero un sistema democrático es más que el principio de la mayoría y, dada la dificultad (en parte por las resistencias eclesiales) que hemos tenido los españoles a lo largo de nuestra historia de vivir en un sistema democrático (de verdad sólo lo hemos logrado después de 1978), y las trágicas consecuencias que de ello se ha derivado, me parece inapropiada e injusta una mirada de nuestro sistema político tan fría y reticente, como si careciera de trasfondo moral sólo porque no gusta cómo se gobierna. (6º) Falta de coherencia. No se puede estar reprochando a los otros, a los terribles 'laicistas radicales' falta de buena fe y seguir manteniendo los belicosos comentaristas de la COPE, por ejemplo. No puedes tirar piedras al vecino si tu techo es de cristal. Y menos si se supone que uno de tus mensajes centrales es no tirar piedras o quitarlas de los muros para tender puentes. (7º) Falta de finura. ¿De verdad, por ejemplo, alguien cree que una asignatura es determinante en la educación de los niños en algún sentido? ¿De verdad alguien cree que los profundos cambios en la institución de la familia son obra de los cambios legislativos de un Gobierno? Si no se acierta en el diagnóstico, mucho menos en el tratamiento. (8º) Abuso colegial. El que los líderes católicos más incisivos y conservadores sean los más visibles en la Iglesia española hipoteca las posibilidades de expresión de otros responsables más equilibrados y sesga incorrectamente la imagen de toda la comunidad católica.
("El Norte de Castilla").

miércoles, 14 de mayo de 2008

LA MASONERÍA Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

A la hora de estudiar el papel de la masonería durante la guerra civil española, no cabe duda de que la dura represión llevada a cabo por los llamados nacionales contra los masones desde los primeros compases de la contienda, es lo que ha centrado la mayor parte de los trabajos publicados sobre este periodo. A esta circunstancia hay que añadir el hecho de que ante el desarrollo desfavorable de la contienda, los propios masones hicieron desaparecer buena parte de la documentación más comprometedora, en las zonas leales al Gobierno de la República, intentando evitar en la medida de lo posible los efectos de la represión de los que se perfilaban como vencedores, tal y como la habían sufrido sus hermanos del territorio rebelde y de la que eran plenamente conscientes. Por supuesto, en las zonas sublevadas, las actividades masónicas cesaron tras la publicación del Bando de Guerra y de la toma efectiva del poder por parte de los protagonistas del alzamiento. A partir del 18 de julio de 1936 la masonería española sufrió una auténtica prueba de fuego, caracterizada por una encarnizada represión de todo lo concerniente a la masonería, tanto en las personas como en las ideas y símbolos, que superó en crueldad a todas las anteriores que se habían producido en la historia de España. Los militares rebeldes y buena parte de sus partidarios, entre los que destacaba la jerarquía eclesiástica, veían en la Orden del Gran Arquitecto del Universo, que era identificada plenamente con el régimen republicano, la personificación de todos los males de España y la causante, de innumerables crímenes contra la religión y la patria, que debían ser purgados de la forma más dura y sistemática posible, pues la masonería era el Enemigo y su exterminio significaba un servicio a España.
Por ello, en la zona nacional se produjo, dentro del ámbito de una represión generalizada que afectó a los partidos políticos republicanos y de izquierda y a las organizaciones obreras, una espiral de violencia antimasónica, que se tradujo en el allanamiento de las sedes de las logias, su asalto y saqueo, como sucedió con el local de la logia Turdetania de Córdoba, que fue incendiado, o con el magnífico templo de la logia Añaza de Santa Cruz de Tenerife, que se convirtió en sede de Falange. Tras los asaltos, se produjo la confiscación de la numerosa documentación que se encontraba en las logias y basándose en ella, fueron produciéndose las detenciones de masones activos y también las de algunos que llevaban largo tiempo sin relación con su logia o "durmientes". Se produjo en algunos casos, la ejecución casi inmediata de los detenidos, sin procedimiento legal alguno. Otros, tuvieron que soportar los rigores de la reclusión, hasta su juicio en los tribunales sumarísimos establecidos al efecto, que dictaron numerosas penas de muerte. Los que salvaron la vida, sufrieron durante muchos años cárcel o depuraciones, tras hacer públicas retractaciones de sus ideales. El sentimiento antimasónico en determinados sectores de la sociedad española, no era nada nuevo, pues la francmasonería había sido condenada prácticamente desde sus esporádicas apariciones en nuestro país a mediados del siglo XVIII, y especialmente durante los reinados de Carlos III y sobre todo de Fernando VII, cuando los tribunales del Santo Oficio aplicaron todos sus esfuerzos en la persecución de los masones, a los que en los primeros años sólo se les tenía como personas con una vida ética y social poco ortodoxas, pero a los que, tras la Revolución Francesa y la Guerra de Independencia, se les considera como peligrosos revolucionarios, enemigos del Trono y del Altar. Tras el estallido de la sublevación militar, la fase organizada de persecución de la masonería, empezó con el primer decreto de Franco, comandante en Jefe de las Islas Canarias, contra las actividades masónicas, fechado el 15 de septiembre de 1936, en Santa Cruz de Tenerife. En él se declara a la Francmasonería y a otras asociaciones "clandestinas" como contrarias a la ley y se toman otras medidas, como el ordenar la quema de toda clase de piezas de identidad, recibos, correspondencia o emblemas empleados en las logias y la confiscación de los locales masónicos, a lo largo de los cinco artículos de que constaba. Se llegó a extremos tales como los contenidos en el decreto que el 21 de diciembre de 1938, que ordenaba la eliminación de todas las inscripciones o símbolos masónicos que pudieran ser juzgados como ofensivos para la Iglesia, especialmente en las lápidas de los cementerios de la zona nacional, en un plazo máximo de dos meses. La política represiva antimasónica continuó durante los años de la contienda y culminó el 1º de marzo de 1940, con la promulgación de la Ley de represión de la masonería , que otorgó el marco legal adecuado a la persecución. Con esta ley, que tuvo sus antecedentes en la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, fueron declaradas ilegales todas las organizaciones masónicas y se les confiscaron sus bienes, condenándose a durísimas penas a cualquiera que hubiera pertenecido a la Orden. Los masones quedaban automáticamente separados de cualquier empleo o cargo público, llegando la depuración hasta extremos tales como el no poder formar parte de un "Tribunal de Honor" quien tuviera algún pariente masón hasta el segundo grado de consanguinidad.
En virtud del artículo 12 de la Ley de 1 de marzo de 1940, se creó el Tribunal Especial para la represión de la masonería y el comunismo, que quedó constituido, en primera instancia, por el Decreto de 4 de junio de 1940 y compuesto entre otros por Marcelino de Ulibarri y Eguilaz, Delegado Nacional del Servicio de Recuperación de Documentos y Consejero Nacional de F. E. y de las J.O.N.S., como Presidente y el general Borbón, Duque de Sevilla, como vocal. Por el Decreto de 31 de marzo de 1941, se constituyó definitivamente el Tribunal, presidido ahora por el Teniente General Saliquet y con Ulibarri como Vocal Ponente. El Tribunal, que extendía sus actividades incluso a los masones exiliados, hizo gala de una actuación rigurosa y minuciosa, prestando sus servicios hasta el 11 de febrero de 1964, fecha en la que se publicó el Decreto con las normas para su supresión, siendo reemplazado por el Tribunal de Orden Público.

El 1 de julio de 1941, se produjo una nueva campaña de expedientes depuradores que podían afectar a cualquier cargo o funcionario civil o militar, iniciada por una orden circular de la Presidencia del Gobierno, que no dejaba libre de sospecha a nadie que hubiera tenido alguna relación con la Orden, aunque se hubiese significado activamente por el Movimiento. Durante los primeros meses de la guerra, la tarea de recogida y recuperación de la documentación masónica se hizo de una manera desordenada y poco sistemática, tras el asalto de los locales masónicos. En la confusión de estos primeros días, las fuerzas militares sublevadas, con la ayuda inestimable de la Falange, guardia civil y de las guardias cívicas, integradas por elementos derechistas, se valieron de los documentos requisados, especialmente de los cuadros lógicos o estadillos de componentes de las logias, para proceder a la detención de los masones de sus respectivas localidades. A pesar de que la represión fue durísima, no puede decirse que se desarrollase de una forma coordinada, al menos en las primeras semanas del conflicto, sino que se encuadró en aquella serie de actuaciones que realizaron los sublevados, tendentes a asegurar el territorio y controlarlo, identificando y neutralizando a los desafectos al alzamiento, preparando el avance de las tropas en la "liberación" de nuevos territorios y sentando las premisas del nuevo estado nacional. Sin embargo, tras la confusión de las primeras semanas y una vez unificado el mando en la persona del general Franco, se sentaron las bases para hacer de la persecución de los masones algo eficaz, a través de la recogida, clasificación y estudio de la documentación masónica. A partir de abril de 1937, con la creación de la Oficina de Investigación y Propaganda, dependiente de la Secretaría General del Jefe del Estado, se dieron los primeros pasos en la tarea de recogida, análisis y catalogación de todo tipo de material de propaganda, en la zona ocupada y en la que faltaba por ocupar, de las organizaciones fieles a la República, entre las que destacaban las sociedades masónicas y similares. A finales de mayo de 1937 fue organizada la Delegación Nacional de Asuntos Especiales del gobierno de Burgos -la Secretaría Particular de Franco-, centrada especialmente en la recuperación de todo lo relacionado con las sectas, para identificar y perseguir a sus miembros. El carlista Marcelino de Ulibarri, amigo personal de Franco, fue nombrado Delegado de Asuntos Especiales y de la O.I.P.A. y pasó a ser en junio de 1937, cuando se organizó el Servicio de Recuperación de Documentos, su responsable. Este Servicio contaba con equipos estructurados militarmente que, al entrar en las poblaciones que a lo largo de las campañas militares iban "liberándose", recogían el material y la documentación de las logias y lo remitían a Salamanca, especialmente todo lo susceptible de ser utilizado para obtener antecedentes político-sociales, es decir, crear un fondo de datos de los enemigos del régimen, para facilitar su represión. En abril de 1938, con la estructuración del Servicio en la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos, adscrita al Ministerio del Interior, Ulibarri fue nombrado Delegado. Su celo personal en la lucha contra la masonería, le llevó a elevar sus quejas, en diciembre de 1937 hasta el mismo Franco, pues consideraba que las diferentes autoridades militares y políticas de los sublevados no colaboraban lo suficiente en el combate contra los masones, instando al general a que ordenase la urgente remisión de todos los documentos, insignias, emblemas y demás objetos pertenecientes a sectas secretas, con las seguridades debidas y bajo inventario, a la Delegación Nacional de Servicios Especiales en Salamanca, intensificando las gestiones en este sentido, pues muchos de estos objetos y documentos se hallaban depositados en distintos centros militares, auditorías y archivos, e incluso en manos particulares, que los retenían con afán de coleccionismo. Sus gestiones fructificaron y un año después, el Servicio contaba con más de 5 millones de documentos masónicos.
Su labor perduró más allá del final de la guerra, constituyéndose delegaciones territoriales en las principales localidades de la zona republicana. Ulibarri se mantuvo en este puesto hasta 1944, año en que se unificaron los diferentes servicios bajo la denominación de Delegación Nacional de Servicios Documentales, dependiente de la Presidencia del Gobierno. Durante estos años se consiguió reunir un enorme fondo documental que fue la base de la posterior depuración de todo lo relacionado con la masonería en España, facilitando la labor represiva tanto de los tribunales militares, como de las comisiones de depuración y especialmente del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.
Las 80.000 fichas personales de supuestos masones archivadas en el Archivo Histórico Nacional de Salamanca y el halo de oscuridad, miedo e ignorancia que rodeó todo lo concerniente a la masonería durante los años del régimen franquista, son una buena muestra del espíritu de cruzada antimasónica que imperó en España hasta el restablecimiento de las libertades democráticas. Es difícil de establecer el balance cuantitativo de víctimas de la represión contra la masonería, aunque se puede destacar el hecho de que según el informe de la Asamblea Anual del Gran Oriente Español celebrada en Madrid los días 15 y 16 de diciembre de 1937, todos los masones que no habían podido huir de la zona franquista habían sido asesinados
Incluso un masón tan significativo como el diputado socialista por Badajoz Juan Simeón Vidarte, baraja la cifra de 6000 masones muertos durante la guerra,
Según el profesor Ferrer Benimeli, de la logia Constancia nº 16 de Zaragoza fueron asesinados 30 masones, entre ellos un masón alicantino, residente en la capital aragonesa, Eduardo Dagnino Chambó, fusilado el 3 de agosto de 1936, a los 42 años de edad, dejando cuatro hijos. Este masón provenía de una familia con gran relación con la masonería alicantina, pues sus padres, el médico Juan Dagnino Garrigós y Petra Chambó Vargas, así como sus abuelos maternos, Carlos Chambó y la escritora Mercedes Vargas, Juana de Arco, fueron destacados miembros de la logia Constante Alona 8 y 3 de la capital alicantina en las décadas de 1880 y 1890. En Huesca, del Triángulo Joaquín Costa , hay datos sobre el asesinato de 7 de sus miembros, siendo exterminados no sólo la casi totalidad de los masones aragoneses, sino incluso muchos otros que fueron acusados de serlo y en realidad nunca habían pertenecido a la Orden. De la logia Helmantia de Salamanca fueron fusilados 30 masones, los mismos que en Valladolid, incluido el Gobernador Civil; de la logia Trafalgar de Algeciras cayeron 24 de sus componentes, así como todos los masones de Zamora, Melilla, Tetuán... o muchos de los de Cádiz, La Coruña, Lugo, Vigo, Ceuta, Logroño, La Línea, Burgos...etc.
Sevilla, sede de la Gran Logia Regional del Mediodía de España, y uno de los más sólidos bastiones de la masonería española, gracias a figuras como Diego Martínez Barrio o Demófilo de Buen, fue la primera ciudad de la península en la que se proclamó el estado de Guerra el 18 de julio. Una vez sometida la ciudad y la provincia, fueron fusilados muchos masones, relevantes sobre todo por los cargos que ocupaban, como el alcalde Hermoso, el presidente de la Diputación, Puelles de los Santos, Fermín de Zayas, Gran Maestre de la Regional y su hijo Fermín de Zayas Madera, Secretario de este alto organismo masónico, o el líder del andalucismo, Blas Infante, así como otros destacados personajes de la vida pública sevillana, que no opusieron resistencia al alzamiento, pero a los que su condición de masones significó un agravante decisivo que les condujo a la muerte. Lo mismo sucedió en localidades como Ecija, Utrera, Carmona, Alcalá de Guadaira o Lora del Río.
En Huelva y su provincia, que contaban con unos 350 masones activos o durmientes al estallar la guerra, ellos fueron asesinados en la represión inicial, a finales de julio y principios de agosto de 1936. En marzo de 1937 se produjo un proceso generalizado de abjuraciones ante el arzobispado de Sevilla y a partir de octubre comenzó la redada definitiva, siendo de nuevo detenidos muchos masones hasta que a partir de 1941, fueron juzgados por el Tribunal Especial y condenados, lo que afectó incluso los que se sumaron al Movimiento plenamente identificados con él.
En Granada, podemos poner el ejemplo de la logia Alhambra nº 39, con unos 50 miembros activos en 1936, de los que fueron fusilados
Hay que destacar que un grupo de masones granadinos, detenidos en Víznar bajo las órdenes del falangista comandante Nestares, tuvieron la triste tarea de enterrar a los fusilados en esta localidad, entre los que se encontraban algunos de sus hermanos de logia.
El 22 de septiembre de 1936, el diario madrileño La Voz de Madrid, publicó una crónica, reproducida al dia siguiente por el ABC , en la que se habla de los fusilamientos en masa en Granada de miembros del Frente Popular y de masones, relatando que : "...los facciosos se apoderaron de los ficheros de las dos logias masónicas que existían en la capital e hicieron prender a todos los masones, sin distinción de clases, pues había muchos hermanos pertenecientes a la mesocracia y ajenos a toda política y otros que "dormían" desde hace tiempo. En camiones los trasladaron al vecino pueblo de Víznar, donde fusilaron a los venerables. Después de tener encarcelados durante varios dias a todos los demás, los condujeron al campo y les obligaron a cavar sus propias sepulturas. Tan pronto como terminaban eran muertos a tiros. Parece que los tuvieron encerrados en Víznar porque los facciosos tenían el propósito de organizar un acto de fe a la antigua usanza, llevando en procesión a los masones con sambenitos y corazas por las calles de Granada; pero a última hora desistieron, temiendo que los extranjeros que aún hay en los hoteles de la Alhambra diesen publicidad a la salvajada."
La represión en Córdoba alcanzó a unos 25 masones, entre la capital y pueblos como Palma del Río o Lucena, localidad donde todos los miembros del triángulo Isis Lucentino que fueron capturados, fueron fusilados. De entre los represaliados cabe destacar la figura del doctor Sadí de Buen Lozano, eminente epidemiólogo de renombre internacional y hermano del alto dirigente masónico Demófilo de Buen. Por razones de su cargo de Inspector General de los Hospitales de la Cruz Roja se encontraba de paso en Córdoba el 18 de julio, siendo detenido. Fue acusado de ser masón y fusilado a principios de septiembre de 1936.
Muchos son los ejemplos de masones asesinados durante la Guerra Civil; un porcentaje elevado de los masones existentes en España en 1936 sufrió de una u otra manera las consecuencias de la guerra, pagando unos con su vida, y otros con largos años de cárcel o con depuraciones, denuncias, multas y castigos su pertenencia a la Orden. Los que pudieron escapar a la violencia antimasónica, no tuvieron otra opción que el duro camino del exilio, pasando primero por los campos de concentración en Francia o el Norte de África y luego por la ocupación alemana, excepto los más afortunados, que pudieron iniciar una nueva vida en Méjico, Argentina y otros países americano. Pero no se puede olvidar que una vez pasados los primeros momentos de confusión, la maquinaria represiva vio siempre a la masonería como uno de sus principales objetivos y esta institución se convirtió en un tema obsesivamente recurrente para Franco y para el franquismo, prácticamente hasta el último discurso del general en la Plaza de Oriente, unas semanas antes de su fallecimiento.
También encontramos casos de masones que colaboraron con los sublevados, en la mayoría de las ocasiones para salvar la vida y pasando por una pública retractación, pero hubo otros que lo hicieron por estar plenamente identificados con los postulados de la rebelión, adhiriéndose incondicionalmente a la nueva causa y empuñando las armas en su defensa. No hay que olvidar que muchos masones pertenecían a estratos acomodados y políticamente eran de ideología moderada, muy alejada de los postulados revolucionarios, aunque esto no les sirvió posteriormente de mucho, cuando se enfrentaron al Tribunal Especial, que los condenó o inhabilitó, a pesar de su retractación y de los servicios prestados. Incluso se dieron circunstancias como las de dos masones de Constantina, en Sevilla, o de algunos antiguos masones de Motril, que fueron víctimas de la represión revolucionaria por estar ligados a la oligarquía local o ser militantes de organizaciones derechistas. En Valencia aparece el caso del antiguo masón y destacado dirigente del PURA, Juan Calot Sanz, Presidente de la Diputación Provincial durante varios años, que fue asesinado en los primeros dias de la guerra. En la prensa valenciana aparecen reflejadas en diversos momentos noticias sobre la represión de los miembros de la Orden en la España sublevada. representan un valioso documento sobre el clima existente respecto a la persecución de los masones. El 6 de octubre de 1936 aparece publicado, con el título de "Peores que Fernando VII. Los masones de Granada" , un relato sobre la represión de los miembros de la Orden en aquella ciudad, firmado por el prestigioso periodista y diputado republicano Roberto Castrovido, que pertenecía a la logia Ibérica nº 7 de Madrid, y del que podemos entresacar lo siguiente: "Desde los primeros años del siglo pasado han trabajado logias masónicas en Granada. ...Granada y Cádiz son merecedoras de adicionar a sus escudos el triángulo simbólico. ...Los rebeldes, a quienes aplicamos con acierto en nombre genérico de fascistas, han asaltado varios talleres masónicos y a aprendices y maestros les han fusilado después de obligarles a cavar sus sepulturas. En tiempo de Fernando VII se procedió por dos veces contra los masones de Granada. El mismo año del suplicio a Cayetano Ripoll... se ahorcó en Granada a los masones aprehendidos en sus templos y llevados a la cárcel y a los dos días al campo de la ejecución con los mandiles puestos y con las espadas simbólicas en la mano. En junio de 1827 fue descubierta otra logia y apresados los masones... Se les condenó también a muerte, mas el rey les perdonó la vida. Ciento nueve años después del perdón otorgado por el inhumano Fernando de Borbón, se mató en la misma Granada a Francmasones, reos de un delito religioso... no se preveía - y ello es muy natural - que en 1936 hubiera españoles todavía peores que la canalla fanática de 1827, capaces de dar muerte a masones, rematar hermanos de los indultados por Fernando VII, superior a la tropa rebelde en sentimientos y en el don de hacerse cargo del pésimo efecto que la ejecución de masones causó en el mundo liberal y civilizado.
Unos meses después, se habla, bajo el título de "Los crímenes de los fascistas. Más de once mil fusilamientos en Sevilla" que entre los asesinados en la capital andaluza figuraban hombres sin filiación política, citando en caso de Piqueras y García de Leániz, fusilado por pertenecer a la masonería y debido a la presión constante de los jesuitas sobre Queipo de Llano.
En septiembre de 1937, se publicó el relato de un evadido de Zaragoza, titulado "Los que vuelven del infierno", en el que se habla de la represión en la capital aragonesa, señalando que: " ... todavía con más saña, más alevosamente se persiguió a los masones. La detención de un masón equivalía al fusilamiento en breves horas. De los hombres de izquierda detenidos pudo salvarse alguno; de los masones encarcelados ninguno.
En una fecha tan tardía como el 21 de octubre de 1937, aparece la noticia de la reciente ejecución de nada menos que 80 masones en Málaga, ciudad que había caído en manos de los sublevados a principios de febrero. la forma de la ejecución -la horca-, pero es sintomática del clima que se vivía en aquellos momentos. El texto, fechado en Gibraltar el 21 de octubre dice así: " El pasado día 19, la cárcel de Málaga fue testigo de la crueldad del fascismo instalado en la España rebelde. En el patio fueron levantados seis patíbulos en los que se ahorcó a ochenta personas por el "delito" de pertenecer a la Masonería. Entre ellas se cuentan Guiote, López -de la firma López Hnos.- Márquez Anglada y Atilano Cerezo. Tal acto de barbarie se achaca a la presión del cardenal Segura. Con él ha querido celebrar, sin duda, su elevación a Primado.

sábado, 19 de abril de 2008

COMUNICADO DEL GRANDE ORIENTE ESPAÑOL


1º.- El 28 de marzo de 2007, le fue remitida al Gran Maestro de la Gran Logia de España, una carta en la que se le instaba a que retirara de su Página WEB el título “Antiguo GRANDE ORIENTE ESPAÑOL”, por vulnerar el Artículo 8 de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación.

2º.- Asimismo se le envió copia del Certificado de 14 de febrero de 2005, extendido por el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior, fecha muy posterior a la de la supuesta “indivisible unión” entre dichas Potencias, que alguien bien conocido en INTERNET y otros ámbitos, fija en el año 2001. En dicho Certificado figura como único Gran Maestre del GRANDE ORIENTE ESPAÑOL D. Francisco José Alonso Rodríguez.

3º.- Como quiera que se hiciera caso omiso de lo expuesto, se puso el hecho en conocimiento de dicho Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior, que mediante Escrito del pasado 4 de julio (R.Sª 10.527), expresó que no “No hay constancia registral de que se haya inscrito (la Gran Logia), como Grande Oriente Español”, significando que dicha Gran Logia figura asentada en el Ministerio desde el 21 de octubre de 1980 con el Núm. 37.526, Grupo 1º, Sección1ª, indicando la vía jurisdiccional para poner coto a dicha irregularidad.

Por cuanto antecede, se participa:

1º.- Que existieron fallidos contactos de aproximación con el anterior Gran Maestro de la GLE., Josep Corominas i Busqueta, quien finalmente se apartó de la expresada Gran Logia para constituir la Gran Logia Ibérica Unida.

2º.- El intento de los dignatarios de la Gran Logia de España, de presentarla como heredera del Grande Oriente Español, constituye históricamente una falsedad, y masónicamente una absurda

contradicción, ya que dicho cuerpo se apartaría de los reconocimientos “regulares” de la Gran Logia Unida de Inglaterra y demás de su relación.

3º.- El Grande Oriente Español, ostenta la legitimidad histórica de la Masonería Española, es soberano y respetuoso con la legalidad vigente, no se inmiscuye en la actividad de las obediencias masónicos posteriores a su fundación, y por dignidad tampoco les reconoce autoridad inspectora alguna de su actividad.
Lo que con las copias de los archivos adjuntos se traslada a Vd. y a la opinión pública para si no evitar, al menos paliar el interesado confusionismo que por el presente se denuncia.

25 de marzo de 2008 (E.·.V.·.)
El Gran Maestre Adjunto: Antonio María Claret Pérez.

domingo, 9 de marzo de 2008

MASONES EN LAS CALLES DE MADRID

Pudiera dar la impresión de que Madrid es una ciudad que rinde homenaje a la masonería. Más de 50 vías urbanas llevan el nombre de masones ilustres, desde Goya a Mozart, pasando por Franklin, Argüelles, Manuel Becerra, Emilio Castelar, Cea Bermúdez, Blasco Ibáñez, Echegaray, Zurbano, Jovellanos, Gabriel y Galán, Gómez de la Serna, Espronceda, Mesonero Romanos, Rubén Darío, Víctor Hugo, Ramón y Cajal, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Antonio Machado, Juan Gris, Narcís Monturiol, Isaac Peral, Prim, Sagasta, Samaniego, Meléndez Valdés, Tomás Bretón, Walt Disney, Salvador Allende... Cualquier institución honorable y democrática daría lo que fuera por tener a esa gente entre sus socios.

El censo de estatuas también incluye numerosas efigies de venerables maestros distribuidas por la capital. Sólo en el Retiro hay más de una docena. Por más que el franquismo identificaba a la masonería con el demonio, el Ángel Caído no era masón, como algunos pretenden.

No tienen calle en Madrid, pero se la merecen, otros masones que, junto con los anteriores, formarían un retablo barroco fascinante: Thomas Moro, Voltaire, Rousseau, Arthur Conan Doyle, Bach, Schubert, Goethe, Paganini, Duke Ellington, Louis Amstrong, Nat King Cole, Clark Gable, Oliver Hardy, Mario Moreno Cantinflas, ¡Josephine Baker!, Peter Sellers, Glenn Ford... En fin, un banquete de talento.

Por lo que se ve, en la masonería hay talantes para casi todos los gustos, al igual que ocurre con los jesuitas. Era masón Ramón Franco Bahamonde, hermano de quien todos sabemos y héroe de la aviación española. Si no tiene calle o estatua en Madrid es sólo porque al general no le iba esa marcha para nada.

Don Baldomero Espartero, que también era masón, no tiene calle ni siquiera costanilla, pero cabalga airoso frente al Retiro en un caballo singular. El noble bruto padece cierta disfunción genital llamada poliorquidia por los urólogos. Consiste en poseer "testículos supernumerarios", es decir, más de dos. Tamaña anormalidad es un portento y ha convertido al solípedo en referencia necesaria cuando se habla de valentía. El caballo de Espartero está que vota, hoy.

(Ricardo Cantalapiedra. El Pais.com)

sábado, 9 de febrero de 2008

MANIFIESTO LAICISTA

DECLARACIÓN DE LA MASONERÍA LIBERAL Y ADOGMÁTICA, SOBRE LA SEPARACIÓN IGLESIA Y ESTADO
La Gran Logia Simbólica Española, la Gran Logia Femenina de España y la Federación Española de El Derecho Humano, mostramos nuestra preocupación por las presiones que sufre la sociedad por parte de la jerarquía católica española, deseosa de generar una involución en los últimos avances en la igualdad de derechos cívicos que se han conquistado.
La Masonería española que representamos manifiesta su apoyo a todos los colectivos sociales que trabajan para conseguir que el Estado español sea realmente laico.
Un Estado donde todos los ciudadanos y entidades, laicas, religiosas u otras, puedan disfrutar de los mismos derechos, deberes y oportunidades, y en el que la vida pública se desenvuelva dentro de un marco legal y operativo plenamente aconfesional. Asimismo, reclamamos al Gobierno que se establezcan condiciones de igualdad para las distintas iglesias y confesiones y, a su vez, que denuncie y no renueve el Concordato con el Vaticano con el fin de concluir con compromisos del Estado con una Iglesia específica, en especial en cuanto a su financiación, y para que ninguna religión mantenga vínculos de dependencia e interferencia respecto a la organización del Estado como tal.
La sociedad española es lo suficientemente madura para liberarse de las ataduras que le impone un pasado de confluencia, cuando no de identificación, entre Estado e Iglesia Católica. Por eso, como integrantes de la Masonería, respetuosa con todas las religiones y que tiene como uno de sus objetivos la armonía social entre todos los seres humanos, en libertad y respeto mutuo, entendemos que ha llegado el momento de superar definitivamente ese pasado en España y de llevar a cabo, por parte de los poderes públicos, la total laicidad del Estado para fortalecer la convivencia cívica y democrática, sin privilegios ni discriminaciones.
En Madrid a 28 de enero de 2008
Firmado:
GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA
GRAN LOGIA FEMENINA DE ESPAÑA
DERECHO HUMANO ESPAÑA